Sobre mí: Carta a mis Amigos
Quería contarte que estoy enamorado. Así es, después de lo que había pasado, lo vuelvo a estar. Parece una vida desde ese inicio de hace dos años los cuales desearía borrar, pero me volvió a suceder.
¿Volvió? ¿A caso no suena como restringir a una nimiedad el sentimiento? Pero paso siendo de hacho, algo importantísimo, y es tan diferente porque todo es nuevo. Déjame te cuento, y es que antes jamás había intentado el amor desconocido, el ignorar casi todo de una persona y entregarnos el uno al otro a nuestros brazos para intentar encontrar un mínimo de significado a la oscuridad azul de la noche, a la terrible plata hiriente de hematófago que son las mañanas. Las personas que quise las conocí hasta en sus más mundanos hábitos antes de entrelazar las manos con ellas. Años y años de conocerlas antes de que se me acercaran de forma definitiva. Porque has de saber bien lo cobarde que soy, jamás me he declarado o acercado por iniciativa propia a una mujer, son esas divinidades las que plantean la posibilidad de afrontar el futuro uno al lado del otro. Esta ocasión tampoco fue diferente. Imagínate, los dos en una parada de trolebús, ella abriendo su corazón y yo advirtiéndole lo orate y roto que andaba esos días.
Lo hermoso del pacto aventurero que es un beso y su abrazo tembloroso. Que pánico tenía, tantas, no, todas las dudas de cómo podría hacerla feliz a ella con la desgracia que te describe esos momentos que soy yo, de cómo lo tomaría mi cansado y querido corazón. Aún a la despedida de su hermosa pero desconocida persona con las rejas rojas del edificio donde vive siendo testigos del escalofrío de placer y miedo que fue el decir “Te veo después”. Que cosas. El camino al trabajo fue muy extraño, sobre todo por esa sensación de tener la oportunidad de cambiar la vida de uno, de que había cambiado desde ese momento en que decidió acariciar mi pierna y con la palidez rosa de sus labios articular un “Me gustas”.
Con nervios y todo decidí entregarme con cierta cautela a su cariño, que disfrutara el mío. Cautela lo digo porque si le decía que la amaba, hubiera sido una mentira, pero le dije que deseaba amarla, tal como lo lees, deseaba amarla. Un poco frío, sí, un poco hasta impersonal, pero era lo que sentía y no deseo nunca más comenzar a construir algo hermoso con una mentira, ya sabes bien lo que pasó la última vez .
Pero llegó a mi ¿Alma, ser, mente? Que de repente la mágica mañana de navidad me encontré dando sin querer un suspiro y pensando en ella, un suspiro de cariño, un suspiro de amor. Me acorde de su perfume que exhala su negro y ligeramente enredado cabello y el frío que parece poseer sus manos. No se parecía a nada de lo anterior, y eso mi amigo, es justamente lo que estaba buscando.
Los fantasmas nocturnos han desaparecido, mucho del miedo y por supuesto la soledad. Ahora hay muchas razones para ser un poco mejor en cada pequeño detalle y hacerlo algo más un poco que suficiente. Todavía está el innegable problema de ser yo y por lo mismo ser un idiota (Premisa en la que baso todas mis relaciones interpersonales y profesionales), pero algo se ha de poder hacer con eso.
Eso es lo que siento, que estoy enamorado y que la amo, con todo y que me asusta que sea algo prematuro o inclusive de corta duración, tanto por mí como por ella. Nos vemos poco pero es maravilloso e incómodo de una manera preciosa, el no saber nada todo el tiempo de que va a pasar o como va a reaccionar a mis palabras, gestos, formas, cursilería e idiotez en general. Pero como me decía uno de ustedes, hay que so hacerlo y dejar de so pensarlo, con todo el miedo e incertidumbre, pero haciendo lo mejor de cada momento y el amor que le pueda dar.
Creo fue Isabel la que alguna vez me dijo que el destino del ser humano era morir solo. Y aunque una sospecha muy al fondo de todo me dice que es cierto, recuerdo esa historia donde el viejo John se oculta en un edificio abandonado en Hampshire para huir de la miserable vida que lleva, y en él, encuentra el fantasma de una niña, que lo persigue como su pasado, tan frío y terriblemente desconocido a los ojos de la tristeza que lo embarga, pero como el presente, sólo quiere sostener su mano, sin palabras ni ningún otro gesto, porque el sostener la mano de alguien hace de la noche algo soportable. Las pequeñas mentiras de que no nos abandonaremos, el que todo se sienta menos helado, mientras nos demos un abrazo. Ese es el punto, estamos solos y miserables todo el tiempo, seguramente así va a ser de por vida y existe la muy terrible posibilidad que aún después de ella, pero en muchas ocasiones podremos tomarnos de la mano con alguien, y dejar todo ese terror e incertidumbre a un lado, mientras se pueda. Yo sé que seguramente quieres saber de donde es eso, es el Hellblazer número 27 Hold Me, escrito por Neil Gaiman y dibujado por Dave Mkean, creo que acaba de salir un recopilado de Vertigo Reloaded de Hellblazer con esa historia y no debe costar ni sesenta pesos del águila, a demás trae un par de historias de Garth Ennis que son muy oscuras y divertidas.
Eso es lo que quiero hacer, sostener su mano y hacer que todo lo demás desaparezca, para ella, para mí, que el mundo pueda incendiarse y saber que al menos un instante estuvimos juntos. Me conoces, sabes que con todo soy un creyente del amor eterno y duradero, pero generalmente la realidad se interpone entre mí y mis fantasías. Porque ella tiene más ambiciones que la mía de tal vez algún día hacer una aportación al arte con lo que hago y retirarme a leer libros, ver películas y ver a mis amigos, justo como mi inalcanzable héroe Ingmar. Ella está en el proceso de hacerse doctora, por ella misma, no para una madre que piensa que un papel de credencial es lo máximo que puede esperar de toda una vida soportando a su vástago, no por la carencia de tener nada mejor que hacer, por ella misma y el gusto de ser doctora, largarse de la ciudad a algún pueblo que diera nacimiento a un pintor flamenco, conocer el mundo y devanarlo paso a paso con sus propios ojos. Muy diferente en como el universo llega a mí por medio de papel y letras impresas.
¿Qué será de nosotros, de mí, de ustedes mis amigos que tanto los descuido como siempre? No lo sé, pero ahora enfrento esa ignorancia como ese simulacro de Homero Simpson hecho de una lata de pintura y una grabadora, con una sonrisa en la cara y una canción en el corazón, y antes de incendiar el lugar donde me dejen, también muy consciente de cómo puede terminar. Ya no romperá mi corazón, porque sé que el destino es estar solos, pero hacer del mundo algo hermoso, mientras sostenga su mano, y la voy a amar, mientras los dioses lo permitan.
A demás, hay un seguro, que prometí cruzando sobre el corazón, que a pesar de lo que pudiera pasar, ser amigos por siempre. Como lo soy con ustedes, a pesar de todo.
También retomé eso de escribir una novela, es acerca del relajo del elegido, pero con los cliches transformados en el ideal panglossiano, pero invertido. Luego les pasó por aquí el primer borrador del primer capítulo, por favor, hagan barullo para que me den muchas más ganas de escribir.