Quería despedirme de tí



Quería decirte adiós desde hace mucho.

Estaba cansado de ver dilapidar tu amor en mí como la caricia de una cascada sobre el basalto; Me terminaría gastando. 

Polvo derrochado, erosión sucumbiendo a tu río.

Quería encontrar en tí la cura de varias maldiciones.

Una eran las miradas de ojos hermosos con desprecio y su sabor a esos "Jamás nos veremos"

 Otra eran los abrazos acumulados en mis manos que andaban a nada de desbordarse.

También quería olvidarme de mí; en tu cabello, en memorizar las líneas que tienes dibujadas sobre las palmas. Tal vez había algo de este destino en ellas. En trabajar a ciegas tu sonrisa.

¿Me convertí al final en una maldición? Mi buena voluntad se volvió castigo. Una pasión sin móvil te marchitó cuando sólo deseaba vida a tí, una a partir de tí.

Quería decirte adiós con un beso mitad suspiro a tus pómulos, con una certeza de regresar a tí terminado mi autoexilio. Pero rompí cada día mis votos de silencio a tu recuerdo durante las pausas de un frenesí que era fuga. Y rayaba tu nombre con las uñas en mi cuello, y cubría mi vista para engañarme que desaparecias.

Lo intenté contigo, el olvidarte, el no sentirte más lejos cuando una punzada  hacía que conciliar el sueño se tornara en derrota.

Creo te convertí en otra maldición de culpa y vergüenza.


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