La Magia de tu Nombre






En el viento volví a escuchar tu nombre. Que hermoso nombre, que terrible nombre.

Dicen que al tener un nombre las cosas fueron, que en las palabras de todas las cosas se encuentra atrapado el nombre de dios; La rúbrica de la creación es el sonido, es la música y es un nombre.

En los nombres hay poder, por eso la magia los usa, por eso Rabbies recitan permutaciones del talmud, para encontrar a dios a través de una palabra, através de un nombre.

Si amor es tu nombre ¿Acaso no eres dios? Si música es tu nombre ¿No serías tú el universo?

Ahora que el río recita en el chocar de piedras y en su caída con pequeños susurros tu eco, trato de crear una alquimia que sea de sonido, que sea de canto. En tu nombre la acústica de las bóvedas. Las madrugadas se vuelven sólo dilapidación  del  tiempo para ganar la eternidad. Conjurando todo el tiempo tu nombre, pero sin pronunciar.

En la oscuridad mi palpitar también dice tu nombre. Otro punto para de forma verosímil demostrar mi teoría.

Mis manos se quedaron secas lejos de ti río, mis ojos se quemaron de ya no verte. Pero mi mente aún  maquina entre elucubraciones y colecciones de absurdos  una ciencia con  tu nombre.

No es sencillo pero el principio de que eres amor se comprueba.  La matemática, sencillo inicio; Tres vocales, siete letras ¿Qué hay de eso? Siete veces se dice la sal es buena en los evangelios, en tres ocasiones por  Lucas. Siete veces Juan menciona el renacimiento, en tres ocasiones de que será algo nuevo. Génesis, tres veces siete el número perfecto. Yehoshua Frenkel relaciona los números con las descripciones del Rabbi Abraham Azulay sobre las guerras en Marruecos. Cúmulos de historias, de referencias, porque en los textos de los viejos aún hay sabiduría. De esa forma inicié mi ejercicio con tu nombre; Posiciones en el abecedario, interrelaciones fonéticas, lugares, antiguos nombres de poder, cifrados militares, párrafos apócrifos. Con todo esto mi cábala cobró forma.

Pero en toda magia hay principios muy sencillos y esenciales sin las cuales no funciona. Primero, percepción; magia es todo aquello que puede cambiar nuestras percepciones, todo es magia. Segundo, la ley natural es un principio objetivo que se sobrepone a las conjeturas en desacuerdo representadas por el derecho natural (Como la moralidad)  y debe entenderse como la ley de dios (Todo sigue en curso, sigues siendo amor).  Tercero, la ley natural es un teorema que establece una relación entre supervivencia y renunciación del derecho natural, pero no afecta a las personas que no tienen deseo de autopreservación. Y es ahí, en la renuncia del derecho natural que se puede convivir con la ley natural, la  ley de dios, el hacer uso de ella.

La termodinámica presentó un problema para tomar la ley de tu nombre y utilizarla, pero es la regla implícita de la magia: Todo tiene un costo, todo acto una consecuencia medible, de la conciencia de la causa y efecto se deviene el ser en el tiempo.

Que indignos precios tiene tu nombre,  por eso no lo escribo, por eso no lo pronuncio. No es necesario si los árboles en sus mil verdes te pronuncian, si las estrellas lo tintinean en un morse cósmico. Por eso no se debe decir el nombre de lo que es amor en vano.

Ahora uso tu nombre amor. Aleja a los fantasmas por las noches con un suspiro. Me empluma en jades los brazos para cazar en el viento su sonido. Me habla a través de la música con secretos de cariño. 

Lo que hay que pagar al acreedor universo por usar tu nombre es horrible; Por las noches sin fantasmas sólo queda la oscuridad y mi corazón  reclamando en el sube y baja de mi pecho. El desvelo sin fantasmas es una daga que hiere profundo con culpa. A veces el agotamiento derrumba mi mente, pero jamás alcanza un sueño. Las caídas del firmamento con tu nombre son alfileres y sal en mis ojos, y la música antes en sus diablos y angelicales acordes sólo es tu nombre una y otra vez, mi corazón diciendo tú una y otra vez en a momentos rápido, en ocasiones lento. Mi respiración, una queda nota de tu nombre entre las nubes.

Mi mente también ha sido condenada, en ella todo tiene tu nombre, borrando de pizarrones tu mirada, de memorias tu rostro, de los sueños tu cuerpo, de los sonidos tu voz.

He pagado a tu nombre mis recuerdos de quien eras.

Es una dolorosa ironía. Quise convertir tu nombre en mi vida y lo logré. Pero el holocausto que esperaba dar era cualquier cosa excepto a ti amor.

Ya no tengo amor, ni nada en mí, sólo tu nombre.

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