Paisaje I - II - III



Puente Japónes
Monet
1900


-Paisaje I

Es con los pies a la presente escalinata de la flor de tus deseos que observo nuestro amor cariño como paisaje.

De mañana a noche la luz juega con sus sombras. No hay árbol perenne, todas sus hojas cambian y mudan ¿A dónde van las hojas cuando no las vemos amor mío?

La tierra se seca, se nutre y alimenta nuevamente, los ríos se separan, a veces se secan, mas el gran flujo se mantiene indemne, las piedras y lindes testigos de su tacto.

Yace la flor y simiente a veces durmiente, en otras estallando de color, la vida de lo que somos, tierra bruñida y el oro del trigo a los aliseos se recuesta.

Todo es inmóvil, los cambios, poco a poco perecederos. EL invierno llega, la primavera llega. El otoño del que nacimos nos recuerda esto.

Que es nuestro amor sino paisaje del que todas las cosas buenas son habitantes.

No perseguimos ni ambicionamos, es nuestro querer la vida misma, del cielo más brillante, del sencillo puñado de hierba.

No te desprendas vida mía, que el paisaje no cambia, sólo el quehacer de sus colores.

La vida es misma y todo en ella es el paisaje, los frutos de sus verdes valles, el amargo de sus semillas pasadas.

Contemplo el paisaje amada mía, que tal es nuestro cariño.





Puente Japónes
Monet
1908


-Paisaje II


Me dice el invisible viento que no deje de llamar tu nombre, de la encantada noche al sobrio día. Que forje de tus últimas caricias la fuerza por la que suspires, desdeñe tus dudas y las ilumine con actos.

¿No es la tierra cuna del vendaval y la veraniega lisonja?

Que nuestro cariño creció de otras lecciones ajenas al insurto miedo.

Toma lo que tengo, que no es obra maligna, conmuévete de la voluntad. Has de tu luna inspiración para nosotros y no solitaria zozobra.

Es verdad que valiente me arraigo al no defender otro que lo no mío, mi amor, todo tuyo. Que ya no cargo pesares y me he entregado a de todas las causas, la más injusta, de por ti ser correspondido.

No espero de ti respuesta alguna, como el fraile no espera de Dios ninguna riqueza, ya que tu amor es infinito y su gracia el invaluable obsequio de contemplarlo y Con fe saberlo verdadero.

Me dicen los pastizales que construya una atalaya, donde el perdón se resguarde y sea refugio, donde la enseñanza sea que una vez iniciadas las cosas no se acaban, que de la fragua nace lo que tiene matices, pero el acero, acero es sea dintel o guadaña, su naturaleza es ser acero y la del amor ser amor y maleables son ambos en las manos del artesano para transformarlas en belleza benigna.

Me grita la sangre que derrota no acepte, que la sed no abandone sin saciar, que al hambre alimento no prohíba, que en falta a esto puedo perder la vida. Que no crea en los granos caídos, en los que caen, que todo reloj victimado del olvido y del mar contemple sus playas con espíritu libre y de aventura.

Que aquel barco con tu nombre desconozca puerto y por siempre todos los ríos naveguen. Con la frente alta aún en enfrenta contra la tormenta perfecta. De mi rostro jamás enjuagar tu agua, de tus besos aún siendo estrellas conocerlos todos.

De las rocas en el desierto usar su sombra para con ahínco caminar los senderos.

Por que poseo el móvil irracional y secreto, de tu cario hacer estandarte y jamás descansar hasta alcanzar ese hogar.

Desprecio y reduzco tus dudas, tus temores que no opongan traba. Mi fe en tu amor plenamente me mueve.

Me susurra el paisaje, que el amor, amor es y que en eso está mi conquista.




Puente Japónes
Monet
1918


-Paisaje III

Ahora que es el atardecer, dime tú, belleza ¿Qué es el cubrir mi cielo de tonos cálidos y arroparme con la noche?

Ahora que es invierno, dime tú, hermosa ¿Qué es la caricia fresca y el diamante en las farolas?

Tú, mujer de las estaciones has de saber como las aves sueñan en tu seno, del arrullo de las fuentes y el amor entre lo que es joven. Dime tú, con el lenguaje de todas las flores ¿Es el perfume un regalo o lo que representan las propias flores? ¿Es el botón la ilusión del fruto, o la alondra comandante de las lluvias?

Ahora que eres primavera, cuéntame de todas las gotas del rocío, de las templadas nieblas y el ritmo de los lagos. Dime que es del fuego en las nubes cuando el sol se oculta, del abrazo de tus besos y tus ojos avellana.

Ahora que el mundo es música muéstrame tu canto.

Enséñame como de tus manos se decanta la vida, como de tu baile la luz nace.

Muéstrame en detalle el sabor de todos los cerezos, dame el ejemplo sonrisa mía, de los amaneceres sin sueño.

Ahora que eres vida has de saber tú sobre la felicidad que adorna nuestros días. Flota en los campos y muéstrame todos los colores del paisaje.

Ahora que eres amor, dime tú, belleza ¿Qué es el cubrir mi cielo con tonos cálidos y arroparme con la noche?

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