Sábado por la Mañana


Hoy desperté sin alarma un minuto antes de mi hora, lo que me despertó fue tal vez una pesadilla, de Natalia y sus cajones, de lo que parecía ser armadura y piel. Natalia no estaba, pero sí sus terrores.

Entradas más populares de este blog

Postal al Tecnosimio Omega

La Crónica de Hellstrom

La Magia de tu Nombre